Obra de Francisco Salzillo de 1755 se conserva en el Museo Diocesano de la S.I. Catedral de Murcia
Lejos del preciosismo de las estofas salzillescas y del movimiento interno
de sus esculturas, San Jerónimo es obra naturalista de acentuación
realista exhibiendo una anatomía aviejada por la vida ascética
del santo, aspecto este utilizado para la descripción de pormenores
anatómicos.
San Jerónimo está representado como es habitual en su iconografía,
con león, libro, calavera y sombrero, emblema este de su dignidad;
desnudo la parte superior, apartado en el desierto de Belén, en
estado de éxtasis espiritual frente al crucifijo.
Destaca el crucifijo de “celebración” que porta el santo y que tanto
proliferaron en conventos e iglesias.
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La firma y fecha sobre el libro, “Francisco Salzillo en 1755”, pudieran justificar el orgullo del artista ante su obra. San Jerónimo es pieza singular en la obra de Salzillo; sin embargo, siempre deberemos tener en cuenta que fue realizada para ocupar un lugar alto, es decir, en su altar en la Iglesia del monasterio de Los Jerónimos.
extracto
del libro Imágenes de culto.
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