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Se forma íntegramente en Murcia. Estudia Letras en el colegio jesuita de La Anunciata y dibujo con el clérigo y pintor Manuel Sánchez. Parece que Salzillo entró como novicio con los dominicos, pero tuvo que abandonar para encargarse del taller de su padre, cuando éste fallece en 1727. Desde entonces, la vida de Salzillo comienza a desarrollarse sin sobresaltos, según la pauta reposada de la Murcia de estos tiempos. Apenas sale de la ciudad, si no es para atender algunos encargos. Incluso no aceptó la invitación del Conde de Floridablanca, paisano suyo, para trasladarse a Madrid y darse a conocer en la Corte.
Sagrada Familia (I. de San Miguel)
La obra de Salzillo es imposible de anotarla con exactitud, como imposible es diferenciarla por etapas. De la época juvenil es la terminación de varias obras dejadas inconclusas por su padre, como la Santa Inés, de la iglesia de Santo Domingo, o el San José, de las Claras. Escultura culminante de ésta época es la Sagrada Familia, de San Miguel.
S. Lucía (I. San Bartolomé)
Comienza a esculpir imágenes para vestir, como Santa Lucía, en San Bartolomé, y colabora con escultores de retablos, a los que facilita esculturas decorativas, como los hermosos ángeles del retablo de San Miguel.
Francisco Salzillo fue el continuador
en el siglo XVIII de la tipologías artísticas del siglo precedente,
y que tenían una de sus máximas plasmaciones en los pasos
procesionales de Semana Santa, los cuales tenían como finalidad
el revivir los momentos de la pasión de Cristo, para que sirviesen
como fuente de edificación espiritual a los cristianos.
San Antón (ermita de San Antón) |
De la producción de Francisco Salzillo se conocen dos grupos de obras los citados grupos procesionales y el Belén, este último producido por encargo de su amigo Jesualdo Riquelme y Fontes para instalarlo en su palacio los días de Navidad. El trabajo sirvió a Salzillo para plantearse actitudes, gestos y formas ya desarrolladas plenamente en su obra. Salzillo hombre de profundas convicciones realiza una obra de pequeño formato cuando sus fuerzas flaquean para las grandes obras, pero sin el más mínimo abandono, con todo el encanto y esa sensación de lo bonito y con toda la expresividad barroca que caracteriza su obra.
Francisco Salzillo es el creador de una escuela, que ha llegado en parte hasta nuestros días, sus discípulos, especialmente Roque López, continúan el estilo del maestro, otros discípulos de Salzillo son los caravaqueños José López Pérez, Francisco Bermúdez Caro y Marcos Laborda, Juan Porcel...