
Salzillo, del barroco a la
ilustración
Más de 300 obras del escultor
murciano, Bernini, Zurbarán, Durero
o De Bussy situarán al maestro y su
influencia en el siglo XVIII en la
exposición del tricentenario de su
nacimiento
SAN MIGUEL. Uno de los
arcángeles de Salzillo,
del colegio S. Vicente
de Paúl y S. Miguel. /
CARLOS MOISÉS
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EN DETALLE |
Qué: Salzillo
(1707-1783). Testigo de un
siglo. Más de 300 obras de
Salzillo, de autores clásicos y
contemporáneos.
Cuándo: Del 1 de marzo al 31
julio de 2007. De martes a
sábados (de 10 a 14 h. y de 16 a
20 h.) y domingos (de 10 a 14
h.).
Dónde: Museo Salzillo, Iglesia
de Jesús e Iglesia de San
Andrés.
Cuánto: Las entradas son
gratuitas, aunque deberán
reservarse con antelación,
máximo 30 días, a través de
internet (dirección por
confirmar), la oficina de
información de la exposición
(actual tienda del Museo
Salzillo) o en los museos de
Santa Clara y Arqueológico
Provincial en Murcia.
Cómo: Habrá a disposición del
público audioguías (3 euros),
así como visitas guiadas en
grupos (15 personas y precio por
determinar). |
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Con la ambiciosa intención de mostrar en
toda su amplitud y profundidad el
periodo comprendido entre 1700 -fecha de
la muerte de Carlos II- y 1788 -año en
que murió Carlos III-, la importancia de
la transformación social y cultural en
la obra de Salzillo y la influencia de
su trabajo en el renacimiento de un
nuevo siglo de oro, ayer se presentaron
de manera más pormenorizada las
características y contenidos de Salzillo
(1707-1783). Testigo de un siglo, magna
exposición y acto estrella del
Tricentenario de Salzillo, que plagará
la ciudad de Murcia de todo tipo de
actos culturales en 2007 para recordar,
conocer y difundir la imagen de uno de
los más destacados escultores del siglo
XVIII en España.
UN RECORRIDO CONTINUO
Arquitectura y arte
Dividida en tres secciones, la
exposición se plantea como un recorrido
continuo, no lineal, al que el público
accederá desde la entrada del Museo
Salzillo, enfrentándose al retrato que
Juan Carreño de Miranda hizo de Carlos
II, y del que se saldrá por la actual
puerta de la Iglesia de San Andrés.
1.800 metros cuadrados de exposición, en
diferentes plantas pero con total
accesibilidad para personas
minusválidas, en los que se mostrarán
más de un centenar de piezas de Salzillo
y piezas de artistas clásicos y de
contemporáneos del escultor, entre los
que se encuentran obras de Bernini,
Zurbarán, Juan Carreño de Miranda, Paolo
de Matteis, Luis Meléndez, Moliaretto,
Pedro Duque Cornejo, Durero, Luisa
Roldán, Luis Salvador Carmona, Nicolás
de Bussy o José Risueño. A estas obras
se sumarán planos, documentos históricos
nunca expuestos, joyas, bocetos de
obras, platería, mobiliario, tejidos,
objetos de culto, grabados y libros
venidos desde museos, archivos,
instituciones, monasterios, conventos,
catedrales, parroquias y colecciones
particulares de toda España, Portugal,
Alemania, Italia y Austria.
Será «un recorrido continuo pero no
lineal en el que la arquitectura juega
un papel fundamental», explicó Cristóbal
Belda, catedrático de Historia del Arte
y comisario de la muestra, que puso de
relieve el contraste arquitectónico de
cada uno de los espacios: el estilo
moderno del remodelado Museo Salzillo,
la condición de teatro barroco de la
Iglesia de Jesús, «donde se expondrán
los pasos del Viernes Santos tal cual
están ahora» y la renovada Iglesia de
San Andrés.
EL ESCULTOR Y SU CIUDAD
Exposición e itinerario urbano
No estarán todas las obras de Salzillo,
sino «una selección muy exhaustiva
porque hay espacios en la ciudad, como
las iglesias de San Miguel, Santa Clara,
San Pedro o San Nicolás, con la
suficiente entidad y con un carácter
original para que se mantengan tal cual
y sean sugeridos a los visitantes como
recorridos complementarios para
comprender y explicar la unión entre
Salzillo y Murcia y conjugar la
exposición y la ciudad», aclaró Belda.
Lo que sí se expondrá en su totalidad es
el Belén de Salzillo, sus 556 piezas y
«el mejor escaparate de la sociedad
española y de la manera del escultor de
ver y entender a sus contemporáneos»,
apunta Belda, que podrá contrastarse con
un Presepe Napolitano del siglo XVIII,
«una obra excepcional de una colección
privada para establecer una
comparación».
La exposición brindará la posibilidad de
vincular a Francisco Salzillo y su obra
al escenario que la hizo posible, la
ciudad y el Reino de Murcia, e
integrarlo entre los avances y las
conquistas del siglo XVIII, del cual él
mismo fue uno de sus máximos forjadores.
CREADOR DE UN TIEMPO
Historia esculpida
De las tres secciones en las que se
dividirá la exposición, la primera, De
castillos y leones ceñida, estará
dedicada a contar al visitante cómo era
el tiempo en el que vivió el imaginero.
Una sección por la que «desfilarán todos
los acontecimientos históricos: desde la
guerra de sucesión tras la muerte de
Carlos II, una guerra civil con
implicaciones internacionales hasta la
muerte de Carlos III (1788). En todas
estas etapas históricas se intercalarán
esculturas de Salzillo para explicar su
significado al hilo de las inquietudes
de quienes las encargaban», ilustra
Cristóbal Belda.
La segunda sección, La sabia imitadora
de los dioses, se dedicará a dar a
conocer al personaje, sus claves
artísticas y técnicas. Esta segunda
etapa de la exposición desvelará «el
camino del aprendiz para lograr el
consuelo de una eterna memoria, la fama»
y pondrá de manifiesto que «el ambiente
de formación de Salzillo fue mucho más
amplio de lo que se había pensado y que
tuvo una enorme inquietud por el estudio
de la escultura clásica». Una
información que llegará a través de
libros, tratados y documentos de la
época, así como bocetos del artista, y
que pondrá de relieve la transformación
de su obra de la tradición barroca -«un
gran capítulo que se cierra con el
término de los pasos de Viernes Santo»,
detalla Belda- al nuevo espíritu
ilustrado de mediados del siglo XVIII
-«que se inicia con el Belén y al amparo
de sus mecenas y su nueva forma de ver
el mundo y el hombre», añade-.
La tercera y última sección, Belleza del
cuerpo, deleite del alma, no sólo
mostrará a Salzillo, sino a otros
artistas con mucha relación con Salzillo,
desde autores de la antigüedad que le
sirvieron de referencia y modelo, hasta
contemporáneos. Una forma de «relacionar
la obra de Salzillo con la escultura del
siglo XVIII español (su color, su
belleza sensual), con la elegancia y los
tratados de buenas maneras (de lo que es
testimonio La última cena), con la moda,
con la forma de entender la fe...». Todo
ello confrontado con los artistas de su
tiempo para valorar la aportación de su
obra al arte español de un siglo.
UNA EXPOSICIÓN PARA TODOS
Agilidad y modernidad
Para agilizar las visitas a la
exposición, que se celebrará entre el 1
de marzo y el 31 de julio de 2007, se
pondrá en marcha «por primera vez, un
sistema muy moderno y complejo», explica
Alfonso Riera, gestor cultural, que
permitirá reservar vía internet entradas
para la muestra desde cualquier punto
del mundo sin necesidad de hacer colas.
Eso sí, las reservas sólo se podrán
hacer con un máximo de 30 días de
antelación y nunca para más de seis
personas o 50 si reserva es un
colectivo. A quien no le guste hacer
planes, también podrá acudir al Museo
Salzillo para solicitar su entrada en el
día.
Además, Cristóbal Belda impartirá cursos
al personal docente para que guíe a sus
grupos escolares y habrá visitas guiadas
en grupos de 15 personas y audioguías
para alquilar. «Esperamos un éxito total
de público, calculamos que unas 500
personas por hora», dice Riera.
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